Bendito seáis por siempre,
que aunque os dejaba yo a Vos,
no me dejasteis Vos a mí tan del todo
que no me tornase a levantar
con darme Vos siempre la mano.
Y muchas veces, Señor, no la quería,
ni quería entender cómo muchas veces
me llamabais de nuevo (Vida 6,9).
que aunque os dejaba yo a Vos,
no me dejasteis Vos a mí tan del todo
que no me tornase a levantar
con darme Vos siempre la mano.
Y muchas veces, Señor, no la quería,
ni quería entender cómo muchas veces
me llamabais de nuevo (Vida 6,9).
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