sábado, 13 de noviembre de 2010

Lengua, estilo y conceptos


Para la expresión en lengua vulgar de este caudal de sentimientos y doctrinas, santa Teresa creó todo un vocabulario espiritual, que se estructura en una prosa de sorprendente calidad literaria, aunque carente de todo alarde retórico. Esa sencillez esencial que resplandece en los anacoretas, su falta de afectación en el vestir, en el adorno, incluso esa tosquedad que desprecia todo lo que es formalismo artificioso, quiere la Santa trasponerlo al habla de sus religiosas, usando al escribir lo que Menéndez Pidal ha llamado, con certera designación, "estilo ermitaño"14. Fray Luis de León caracterizó certeramente la prosa teresiana, de la que

quiso el Espíritu Santo que la madre Teresa fuese un ejemplo rarísimo. Porque en la alteza de las cosas que trata, y en la delicadeza y claridad con que las trata, excede a muchos ingenios, y en la forma del decir y en la pureza y facilidad del estilo, y en la gracia y buena compostura de las palabras, y en una elegancia desafeitada que deleita en extremo, dudo yo que haya en nuestra lengua escritura que con ella se iguale"15.


fuente: Cervantes Virtual

miércoles, 10 de noviembre de 2010

A UNA PROFESA


¡Oh!, dichosa tal zagala
que hoy se ha dado a un tal Zagal
que reina y ha de reinar.

Venturosa fue su suerte
pues mereció tal Esposo:
ya yo, Gil, estoy medroso,
no la osaré más mirar,
pues ha tomado marido
que reina y ha de reinar.

Pregúntale qué le ha dado
para que lleve a su aldea.
El corazón le ha entregado
muy de buena voluntad.
Mi fe, poco le ha pagado
que es muy hermoso el Zagal,
que reina y ha de reinar.

Si más tuviera más diera.
¿Por qué le avisas, carillo?
Tomemos el cobanillo,
sírvanos, deja sacar,
pues ha tomado marido,
que reina y ha de reinar.

Pues vemos lo que dio ella,
¿qué le ha de dar el Zagal?
Con su sangre la ha comprado.
¡Oh qué precioso caudal,
y dichosa tal zagala,
que contentó a este Zagal!

Mucho le debía de amar,
pues le dio tan gran tesoro.
¿No ves que se lo da todo,
hasta el vestir y calzar?
Mira que es ya su marido,
que reina y ha de reinar.

Bien será que la tomemos,
para este nuestro rebaño,
y que la regocijemos
para ganar su amistad,
pues ha tomado marido,
que reina y ha de reinar.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Lienzo en óleo de Santa Teresa de Jesús


Óleo sobre lienzo. 146 x 97 cm. Segunda mitad del siglo XVII
Monasterio de Santa María del Valle. Zafra

En 1736 y en el barrio de los Mártires de Zafra, el obispo de Badajoz don Amador Merino Malaguilla bendecía el convento de Carmelitas Descalzas, que venía a sumarse a los otras cinco clausuras femeninas de la villa. Con ello cobraba forma canónica un beaterio nacido tiempo atrás, junto a la ermita de los mártires Fabián y Sebastián, que seguía el modelo del Carmelo Teresiano. Y es que el ejemplo de la santa de Ávila, tras ser canonizada en 1622, no tardó en calar en la espiritualidad de la villa; de ahí que no escaseen sus representaciones iconográficas.
En el lienzo, Teresa de Jesús, la santa “inquieta y andariega”, aparece en la intimidad de su celda, sentada ante una mesa y un libro sobre el que se apresta, con el cálamo, a anotar lo que la voz del cielo le sugiere. Estado místico que el pintor expresa elevando la mirada de la santa, al tiempo que un ángel descorre una cortina de barroca ornamentación para desvelarnos el suceso.


La composición, seguramente inspirada en alguna estampa devota, no muestra la paloma alusiva al Espíritu Santo, que sobrevuela dentro de un halo dorado o se posa sobre su hombro para dictarle los pensamientos divinos, como puede verse en otros lienzos conservados en el Museo y en la Colegiata. En éste la tercera Persona de la Trinidad, a la que la santa recurría en busca de fuerza e inspiración para hablar y escribir, solo aparece insinuada con la expresión extática del rostro de Teresa, que expresa su unión mística con la divinidad.

Juan C. Rubio Masa