martes, 20 de diciembre de 2011

PARA NAVIDAD



Pues el amor
nos ha dado Dios,
ya no hay que temer,
muramos los dos.

Danos el Padre
a su único Hijo:
hoy viene al mundo
en pobre cortijo.

¡Oh gran regocijo,
que ya el hombre es Dios!
no hay que temer,
murimos los dos.

Mira, Llorente
qué fuerte amorío,
viene el inocente
a padecer frío;
deja un señorío
en fin, como Dios,
ya no hay que temer,
muramos los dos.

Pues ¿cómo, Pascual,
hizo esa franqueza,
que toma un sayal
dejando riqueza?

Mas quiere pobreza,
sigámosle nos;
pues ya viene hombre,
muramos los dos.

Pues ¿qué le darán
por esta grandeza?
Grandes azotes
con mucha crudeza.

Oh, qué gran tristeza
será para nos:
si esto es verdad
muramos los dos.

Pues ¿cómo se atreven
siendo Omnipotente?
¿Ha de ser muerto
de una mala gente?

Pues si eso es, Llorente,
hurtémosle nos.
¿No ves que El lo quiere?
muramos los dos.

-Santa Teresa de Jesús-





martes, 6 de diciembre de 2011

"¿Qué hacéis Vos, Señor mío, que no sea para mayor bien del alma que entendéis que es ya vuestra, y que se pone en vuestro poder para seguiros por donde fuereis hasta muerte de cruz, y que está determinada [a] ayudárosla a llevar y a no dejaros solo con ella? Quien viereen sí esta determinación, no, no hay que temer; gente espiritual, no hay por qué se afligir; puesto ya en tan alto grado como es querer tratar a solas con Dios, y dejar los pasatiempos del mundo, lo más está hecho. Alabad por ello a Su Majestad y fiad de su bondad, que nunca faltó a sus amigos.Atapados los ojos de pensar por qué da [a] aquél de tan pocos días devoción, y a mí no en tantos años, creamos es todo para más bien nuestro; guíe Su Majestad por donde quisiere; ya no somos nuestros, sino suyos; harta merced nos hace en querer que queramos cavar en su huerto, y estarnos cabe38 el Señor de él, que cierto está con nosotros."

sábado, 26 de noviembre de 2011

TERESA DE JESUS, ESA MUJER


Esta obra, histórica y rigurosa, nos acerca a Teresa de Jesús, una figura que rompió los moldes de su época para convertirse en arquetipo de mujer, de mística, de literata, de poeta. Teresa de Jesús es esa mujer que escribe como habla. Pionera en tantas cosas, lo ha sido también al ser declarada primera Doctora de la Iglesia, seguida de Catalina de Siena y de Teresa de Lisieux. Cuando en 1926, san Juan de la Cruz fue proclamado Doctor, vino a la mente de todos la fundadora del Carmelo descalzo. Pero, al parecer, aún no estaba en sazón que una mujer entrase en ese círculo restringido de selectos Doctores. Hubo de venir el concilio Vaticano II para que aires renovadores llegasen a la Iglesia. Pablo VI la proclam Doctora el 27 de septiembre de 1970.

Carlos Ros

viernes, 18 de noviembre de 2011


...¡Oh muerte benigna,
socorre mis penas!
Tus golpes son dulces,
que el alma libertan.
¡Qué dicha, oh mi Amado,
estar junto a Ti!
Ansiosa de verte,
deseo morir...

(Ayes del destierro)





miércoles, 26 de octubre de 2011

“Santa Teresa fue siempre un faro en la vida de mi madre”

Roma-España (08-04-2011).- El Embajador de España ante la Santa Sede, D. Francisco Vázquez y Vázquez pondrá, el próximo 15 de abril, punto final a 5 años al frente de la legación diplomática en el Palazzo di Spagna. Político socialista y católico practicante comparte esta semana en la web de preparación para la celebración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa (www.paravosnaci.com) una reflexión titulada “Las lecturas de mi madre”.

“Mi madre admiraba a Teresa de Ávila como mujer por razón de sus escritos y de su actitud ante la vida. No sólo consideraba que sus poesías y sus oraciones reflejaban las más brillantes páginas de nuestra literatura, sino que, sobre todo, entendía que Teresa de Ávila era modelo y ejemplo de mujer libre y de carácter digno de imitar por todas las mujeres”, confiesa D. Francisco al comienzo de su carta semanal.


 
Se trata de una carta entrañable en la que recuerda el amor y la cercanía que su madre, también de nombre Teresa, tenía por la Santa abulense, de la que guardaba celosamente un ejemplar subrayado y anotado de sus obras completas. “Con aquel libro en mis manos –afirma D. Francisco- comprendí perfectamente que Santa Teresa fue siempre un faro en la vida de mi madre, no solo en el amor y en la búsqueda de Dios, sino también como pauta de vida.”

Por su parte, el diplomático español afirma haber encontrado gracias a las vivencia íntimas de su madre la verdadera dimensión orante de la obra teresiana “Camino de perfección”, como un perfecto manual de oración pero, escrito no solo para las monjas del Carmelo coetáneas de la Santa, sino dirigido posiblemente de manera providencial a los hombres y mujeres de hoy.”

“Se trata no solo de saber rezar, sino de acostumbrarnos a orar con frecuencia”, afirma D. Francisco lamentándose del desuso por parte de los católicos de los pequeños gestos como la “señal de la cruz al pasar delante de una iglesia, una pequeñita visita al Santísimo, unas jaculatorias mientras trabajamos… y ya no digo un rosario rezado en familia o en comunidad”.

“Y termino agradeciéndole una vez más a mi madre su testimonio teresiano de que la fe es, además de otras muchas consideraciones, el fundamento de la alegría de vivir”, concluye D. Francisco su carta.



lunes, 24 de octubre de 2011

sábado, 15 de octubre de 2011

15 de octubre« Fiesta de Santa Teresa de Jesús

«Teresa de Jesús ilustró con las virtudes de su vida angelical... a toda la Iglesia católica» (San Pío V).

«Esta mujer singular ha sido siempre considerada como el modelo de la contemplación» (Hno. Roger Schutz, Taizé).

«...como brilla el sol en su cenit, así resplandece Teresa en el Templo de Dios» (Lit. Ambrosiana).

«Madre de los espirituales» (Lápida al pie de su estatua en San Pedro del Vaticano).


«Nos basamos en la doctrina espiritual y en la vida preclara de Santa Teresa» (Dr. Ramsey, anglicano).
«Teresa de Jesús es el espíritu más grande, el alma más sublime, que después de la venida de Cristo se haya revestido de carne humana» (Leibnitz).
«Cuanto el tiempo más nos aleja de Santa Teresa, tanto más se agiganta su figura» (Pascal).

martes, 11 de octubre de 2011


«En todas las páginas (del libro de su vida) se ven las huellas de una pasión viva, de una franqueza conmovedora, y de un iluminismo consagrado por la fe de fieles. Todas sus revelaciones atestiguan que creía firmemente en una unión espiritual entre ella y Jesucristo; veía a Dios, la Virgen, los santos y los ángeles en todo su esplendor, y de lo alto recibía inspiraciones que aprovechaba para la disciplina de su vida interior. En su juventud las aspiraciones que tuvo fueron raras y parecen confusas; sólo en plena edad madura se hicieron más distintas, más numerosas y también más extraordinarias. Pasaba de los cuarenta y tres años cuando por vez primera vivió un éxtasis. Sus visiones intelectuales se sucedieron sin interrupción durante dos años y medio (1559-1561). Sea por desconfianza, sea para probarla, sus superiores le prohibieron que se abandonase a estos fervores de devoción mística, que eran para ella una segunda vida, y la ordenaron que resistiera a estos arrobamientos, en que su salud se consumía. Obedeció ella, mas a pesar de sus esfuerzos, su oración era tan continua que ni aun el sueño podía interrumpir su curso. Al mismo tiempo, abrasada de un violento deseo de ver a Dios, se sentía morir. En este estado singular tuvo en varias ocasiones la visión que dio origen al establecimiento de una fiesta particular en la Orden del Carmelo.»

(Pierre Boudot biógrafo francés)



lunes, 19 de septiembre de 2011

Más importante que esa somera crónica biográfica, es la historia interior de Teresa. Teresa es una convertida. Su cambio total de vida interior se produce a los 39 años (1554), leyendo las Confesiones de San Agustín. De ahí parte el intenso proceso de vida mística de Teresa, que la convierte en escritora y poetisa. Escribe su propia vida en 1566. Ese mismo año redacta un libro de pedagogía espiritual, el Camino de Perfección, que los teólogos censores la obligan a escribir de nuevo. Y once años después (1577) compone su obra maestra, la síntesis de mística titulada Castillo Interior. Escribe además la historia de sus viajes y fundaciones (Libro de las Fundaciones).

Teresa comienza narrando su propia vida, con especial atención al aspecto interior y al cúmulo de gracias recibidas por ella. De esta experiencia personal recaba ella su gran síntesis doctrinal. A las lectoras íntimas les propone por base una serie de valores y virtudes evangélicas, fundados en "el amor de unos a otros" y en el temple de voluntad, que ella denomina "determinada determinación". Insiste en que no hay desarrollo de la persona ni de la vida religiosa sin un ulterior intento de apertura a lo trascendente o de relación personal del hombre con Dios, relación que ella concentra en la práctica de la oración personal, definida como "trato de amistad con Cristo o con Dios" y que se debe convertir en resorte propulsor de acción al servicio de los hermanos.



sábado, 10 de septiembre de 2011

Teresa de Jesús o la pasión de una vida


(parte 2)

Una “pasión” que se hace firmeza en lo difícil. A Teresa no le va a faltar oposición –fuerte oposición-, de su padre y familiares. Es ahí donde su “pasión” se traduce en voluntad y firmeza. Vendrán luego horas para la incomprensión, para el dolor, para los trabajos de la reforma. Teresa vive siempre su temperatura de ansias de perfección, de santidad.
Una “pasión” que se hace dolor y alegría confundidos. La vocación exige muerte, abandonos, rupturas. Y el dolor es grande. ¡Cómo les cuesta el adiós a su padre… para ser monja!” “Cuando salí de casa de mi padre, no creo será el sentimiento cuando me muera”; “Como no había amor de Dios que quitase el amor del padre… era todo haciéndose una fuerza muy grande” (V. 14, 1).
Y en la muerte y el rompimiento brota la vida y la alegría. Pronto tiene que escribir: “me dio tan gran contento de tener aquel estado que nunca jamás me faltó hasta hoy” (V. 4, 21). Es el signo de todos los hombres llamados por Dios. Abandono de la casa paterna, rompimiento de lo que era la propia seguridad, para salir confiados sólo en su palabra. Pero en el dolor, en la salida, viven la mayor riqueza, reciben bendiciones y promesas; experimentan el gozo que no defrauda, el gozo de Dios.
Una “pasión” que se hace luz por los caminos. Los caminos de sus fundaciones. Vive su pasión a prueba de cansancios y fatigas, a prueba de polvo o cantueso. Son como pequeñas –mejor, diríamos, inmensas- luces que va prendiendo con la cerilla de su amor inmenso, de su fe vivida con tal pasión.
Una “pasión” que se hace plegaria por su vocación. Teresa sabe que la vocación es regalo, que no se merece; sabe que es un don, lo pide; ruega para que “le diese el Señor el estado en que mejor le había de servir” (V. 3, 2). Es necesario que Dios confirma a cada instante la lozanía de la vocación, es necesario que el fuego de Dios reanime el rescoldo del hombre llamado. En definitiva, es necesario sentir que su promesa es verdad en la propia vocación: “yo estaré contigo hasta el final de tus días”.
Una “pasión que se hace búsqueda incesante. Porque en la vocación nada está definitivamente confirmado; porque en la vocación “siempre es tiempo de caminar”. Es la verdad de Tersa. Vivir cada día como el único y el definitivo de la existencia. La pasión de Teresa es siempre tensión hacia Dios, profundidad siempre inabarcable.
Así fue la vocación de Teresa. Vivida en la pasión más rica, más decisiva y más honda de una vida. Por eso es modelo también para hoy. Porque en su inquietud, en su temor, en su firmeza, en sus horas de cómo podrá ser esto, en su gozo y en su grandeza se dejan traslucir los pasos “eternos” de tantos llamados. Se dejan traslucir mis propios pasos.
Pedro Moreno

miércoles, 31 de agosto de 2011

Teresa de Jesús o la pasión de una vida


(parte 1)

Desde aquel “era entonces muy enemiga de ser monja”, en el monasterio de las Angustias, hasta su grito “es tiempo de caminar”, vive Teresa la “pasión”, en hondura, en complejidad y en grandeza, de su vocación religiosa…

La rica personalidad de Teresa de Jesús nos sobrecoge y, en cierto modo, nos desborda. Pero hay fibras más definidas en su vida, esas que ponen un sello imborrable en toda “andadura” terrenal, que permiten nuestro acercamiento y comprensión al mundo y misterio de la santa de Ávila y del mundo.
Una de esas fibras teresianas, que surcan los días de su existencia, creo que es la “pasión” con que vivió su propia historia, su vida de fe y su vocación religiosa.

Teresa es radical, y lo radical sólo se puede vivir así, en la “pasión” en el borde del riesgo constante. Lo radical, y mucho más en la fe, se traduce en ámbitos desinstaladotes, en opciones de pobreza absoluta, en caminos sin más techo que la fuerza del cielo. Lo radical marca, y marca en gozo y en vida plena. Teresa es radical. Dios es su “pasión”. Una pasión desde el alba misma de su vida hasta la hora de la muerte. Una pasión que vive en el marco concreto de su vocación religiosa.

Una “pasión” que se hace aventura infantil. Se trata de comprar pronto y al mejor tiempo posible el gozo del cielo. Un gozo para “siempre, siempre, siempre…”. Y nace aquella aventura infantil que comparte con su hermano. Pronto, muy pronto, apenas han salido de Ávila se termina la aventura. Queda la “pasión”, el “ansia” por lo más radical y decisivo para una vida, el “ansia” de Dios.

Una “pasión” que se hace “ermitas” en la huerta. Se ensayan formas nuevas de amar: “procurábamos como podíamos, hacer ermitas, poniendo unas piedrecillas que luego se nos caían; y así no hallábamos remedio en nada para nuestro deseo” (V. 1, 6). También ahora algo se derrumba, hay piedras que caen y se rompen. Queda el alma de Teresa, tan entera y tan apasionada, tan “en tensión hacia Dios”.
Una “pasión” que se hace lucha con Dios. Al estilo de los profetas Teresa puede gritar: “Me has seducido, Señor, y me he dejado seducir; me has agarrado y me han podido” (Jer. 20, 7). Es la lucha inevitable de la resistencia humana a la llamada de Dios. Teresa lo ha vivido –lo vivirá en más ocasiones- en carne propia: “en esta batalla estuve tres meses forzándome a mí misma…” (V. 3, 6).

Pedro Moreno

domingo, 7 de agosto de 2011

Además de una mística de extraordinaria profundidad espiritual, santa Teresa fue una organizadora muy capaz, dotada de sentido común, tacto, inteligencia, coraje y humor. Purificó la vida religiosa española de principios del siglo XVI y contribuyó a fortalecer las reformas de la Iglesia católica desde dentro, en un periodo en que el protestantismo se extendía por toda Europa. Sus escritos, publicados después de su muerte, están considerados como una contribución única a la literatura mística y devocional y constituyen una obra maestra de la prosa española.

sábado, 30 de julio de 2011


“… Este lenguaje de Santa Teresa no es aprendido en las escuelas, sino el habla vulgar y corriente de las gentes bien educadas de Castilla en el siglo XVI, y ha podido decir Menéndez y Pelayo, con bella frase, que Santa Teresa habló de Dios y de los más altos misterios teológicos como en plática familiar de hija castellana junto al fuego…Todas estas cualidades suyas se reflejaban en lo que escribía, y de aquí que, sin aliños retóricos ni propósito de escribir bien, escribiese admirablemente y sea la más inimitable de nuestros clásicos. Hasta el estilo de Cervantes puede imitarse con más o menos fortuna: el de Santa Teresa, de ninguna manera”.

(Ángel Salcedo Ruiz)

lunes, 18 de julio de 2011

«Muchas veces he pensado espantada de la gran bondad de Dios, y regaládose mi alma de ver su gran magnificencia y misericordia. Sea bendito por todo, que he visto claro no dejar sin pagarme, aun en esta vida, ningún deseo bueno. Por ruines e imperfectas que fuesen mis obras, este Señor mío las iba mejorando y perfeccionando y dando valor, y los males y peca-dos luego los escondía. Aun en los ojos de quien los ha visto, permite Su Majestad se cieguen y los quita de su memoria. Dora las culpas. Hace que resplandezca una virtud que el mismo Señor pone en mí casi haciéndome fuerza para que la tenga» (Vida 4,10).



sábado, 9 de julio de 2011

 
Teresa de Jesús fue una gran mujer luchadora, una gran santa mística enamorada de Jesucristo crucificado, una extraordinaria escritora y una maravillosa conversadora con un léxico vivo y pintoresco. El espíritu de sus hijos e hijas, los Carmelitas Descalzos, extendidos por todo el mundo y sus libros son su gran obra y sus verdaderos monumentos de espiritualidad.

En su corazón grande y pleno de amor hacia los demás, le llevó a componer diversas poesías religiosas, muy místicas de profundo conocimiento y amor espiritual.

viernes, 1 de julio de 2011

Santa Teresa en el arte

Santa Teresa escribiendo

Antonio Veredas. h. 1950.

Acuarela y tinta. Colección particular. Imagen aportada de la Familia Veredas.



Santa Teresa de Jesús
Antonio Veredas. h1940.
Dibujo a tinta, extraído del libro "La Notable ciudad de la espada y la cruz".

miércoles, 22 de junio de 2011


7. "Pues concluyo en esto, que jamás en cosa que no entendáis de la Sagrada Escritura ni de los misterios de nuestra fe os detengáis más de como he dicho, ni de palabras encarecidas que en ella oyáis que pasa Dios con el alma, no os espantéis. El amor que nos tuvo y tiene me espanta a mí más y me desatina, siendo los que somos; que tiniéndole, ya entiendo que no hay encarecimiento de palabras con que nos le muestre, que no le haya mostrado más con obras; sino cuando lleguéis aquí, por amor de mí os ruego que os detengáis un poco, pensando en lo que nos ha mostrado y lo que ha hecho por nosotras, viendo claro que amor tan poderoso y fuerte, que tanto le hizo padecer, con qué palabras se pueda mostrar que nos espanten".

(Cantares)






jueves, 16 de junio de 2011


16 de junio de 1581

Desde Soria carta de Sta. Teresa de Jesús a María de S. José en Sevilla interesándose por su salud al comenzar los calores de Andalucía. "Por caridad fíe poco de esa gordura y mire por sí. Ahora no la queremos penitente sino que no le dé a todas con sus enfermedades y que me sea obediente y no se mate que con verdad le digo que ninguna priora que faltase sentiría la de v. r. no sé cómo la quiero tanto". (Las notas del P. Tomás Alvarez)

viernes, 3 de junio de 2011

Sobre sus cartas


Las cartas a su hermano Lorenzo como las dirigidas al P. Gracián son el testimonio del profundo sentido familiar y de amistad que embargó el espíritu de esta gran mujer. No sólo se orientan por los difíciles caminos de la vida ascéticomística por la que camina su hermano, alumno aventajado de tan excelsa maestra, sino que reflejan la personalidad de una mujer con los pies en la tierra, hábil en los negocios contables y tratos con albañiles, encomendadores, notarios, escribanos, etc., etc., Experta, además, en asuntos, matrimoniales, noviazgos y
educación de los hijos.

domingo, 22 de mayo de 2011

Vida de trabajo y de alegría



Parece que la Madre Teresa usó la comparación de castillo, porque su medio ambiente a ello la inspiraba. Pues en Avila, las murallas y almenas dan una sensación muy distinta a la que dan las otras ciudades. Y el ambiente de quietud, mueve a la reflexión, a la meditación.

A la contemplación


Aquellas empedradas calles que la Santa debió conocer tan bien como sus hábitos religiosos, oyeron y sintieron los ánimos de la Madre Teresa, quien fue una caminante por excelencia. Y como que viven todos aquellos recuerdos.

Hoy, Avila da la sensación de ser un gran convento, pero con una alegría queda. Porque los biógrafos explican que Madre Teresa, "alejada del mundanal ruido", no era dada a la tristeza ni quería que sus monjas vivieran en ese ánimo. Era así como en los conventos, ella, que enseñó los muchos aposentos del alma, enseñó también alegría secular, valiéndose de las risas, del cantar, y de las castañuelas.







En estos tiempos, el mensaje de Teresa de Jesús tiene la igual vigencia de antes. Y por momentos, es de mayor vigencia, porque uno de los grandes errores es huir de la intimidad anímica de nuestro castillo, para pretender adornarlo con muebles extraños, pudiendo nosotros organizar, en las interioridades del ser, los aposentos más formidables dentro de tan grande y majestuoso castillo que es el alma.


Hoy, a casi cuatrocientos treinta años, en tiempo que comienza a contarse con los dedos no hallando luego más dedos con qué contar, y perdiéndose uno en el mismo tiempo, cabe invocar a la bienaventurada Madre Teresa de Avila, y pedirle orientación.


Y darle las gracias por tan augustas orientaciones que ha dado a sus hermanos de todos los siglos.

martes, 10 de mayo de 2011

Cuando Teresa de Cepeda, sin permiso paterno, ingresa en la Orden del Carmen, el monasterio era uno de los más poblados de la ciudad. Contaba con un número muy elevado de bienes, y al igual que en otros muchos, la vida de convento no era rigurosa y existían diferencias sociales muy acusadas entre las monjas. En La Encarnación recibe los consejos de Francisco de Borja, de Juan de la Cruz y de Pedro de Alcántara y desde aquí se prepara la Reforma del Carmelo.

sábado, 30 de abril de 2011


Arraigada en la Biblia, en la Palabra de Dios y en los misterios que celebra la
liturgia, Teresa se convierte en una extraordinaria inductora a la experiencia de Dios, que ella misma ha experimentado. Santa Teresa, pues, escribe desde la experiencia (cf.V 18; ib. 23; C pról.) y para despertar la experiencia en sus lectores: “de lo que no hay experiencia, mal se puede dar razón cierta” (6M 9; cf. C 28). De ahí su interés no sólo 
or explicar y hacer saber, sino ante todo por engolosinar al lector a fin de animarle a
recorrer el mismo camino que ella está haciendo. La experiencia de Dios por gracia
(1544-1554), la experiencia de la persona de Jesucristo (1560) y la experiencia del
misterio trinitario (1571), son los núcleos centrales, en torno a los cuales gira la
espiritualidad teresiana.

jueves, 21 de abril de 2011


"Decíame poco ha un gran letrado que las almas que no tienen oración son como un cuerpo con perlesía o tullido, que aunque tiene pies y manos no los puede mandar, que así son: que hay almas tan enfermas y mostradas a estarse en cosas exteriores, que no hay remedio, ni parece que puedan entrar dentro de sí; porque la ya costumbre la tiene tal, de haber siempre estado con las sabandijas y bestias que están en el cerco del castillo, que ya casi está hecha como ellas; y con ser de natural tan rica, y poder tener su conversación no menos que con Dios, no hay remedio. Y si estas almas no procuran enteder y remediar su miseria, quedarse han hechas estatuas de sal, por no volver la cabeza hacia sí, como lo que quedó la mujer de Lot por volverla."

sábado, 9 de abril de 2011


Teresa de Jesús nos dice que es esencial la práctica de la virtud, pues es imposible ser contemplativo sin tener virtudes y que "es menester no sólo orar, porque si no procuráis virtudes, os quedaréis enanas".

miércoles, 30 de marzo de 2011

Por qué se hace carmelita Santa Teresa


Los historiadores se han hecho esta misma pregunta, aunque no coinciden en la respuesta, porque a nadie le ha sido permitido entrar en la decisión tomada por Santa Teresa a los veinte años. Presentamos la respuesta que da el P. Tomás Álvarez, especialista número uno en Santa Teresa. Dice este autor que Teresa, fundamentalmente, se decide a ser carmelita porque tiene una amiga en el Monasterio de la Encarnación: Es el que yo tenía mucha afición, si bien, una vez decidida por el estado religioso, a cualquier monasterio en que pensara servir más a Dios, o mi padre quisiera, fuera. En Ávila tenía varios monasterios para escoger: La Concepción. Santa Ana, Santa María de Gracia, Santa Catalina de Sena, Santa María de Jesús o Las Gordillas. En el ánimo de Teresa aleteaban otros motivos, incluso el miedo al infierno, el amor a Cristo, la previsión realista de los trabajos de la religión, por ser yo tan regalada. En el fondo ella ha optado por la “vida religiosa”. Su vocación específicamente carmelitana tenía precarias motivaciones psicológicas. Pero estaba bien respaldada por una motivación netamente teológica. La vocación le vino de la llamada de Dios: Oh válgame Dios, por qué términos me andaba Su Majestad disponiendo para el estado en que quiso servir de mí, que sin quererlo yo, me forzó a que hiciera fuerza. La decisión la tomó en 1535. Lo relata al escribir el Libro de la Vida en 1565. Lo recuerda con realismo pero sin titubeos-. Está convencida de que acertó. Segura de que su lucha terminó en victoria. Y que ésta ha sido definitiva. Son afirmaciones suyas: En tomando el hábito...,a la hora me dio un gran contento de tener aquel estado, que nunca más me faltó hasta hoy. Y lo repetirá confidencialmente a las monjas de San José: Bendito seáis Vos, mi Dios…, que darme estado de monja fue grandísima. Sí, Teresa había acertado en el camino de su vida. Jamás se retractará.


blog Padre Nicolás González

martes, 22 de marzo de 2011

Teresa y Dios Padre


Comenzamos por la consideración de Dios Padre, pero advirtiendo previamente que entre esas divinas personas existe, según la Madre Teresa, una convivencia fundamental esencial. Ella sabe que: "el Padre no puede estar sin el Hijo y sin el Espíritu Santo. Porque es una esencia, y adonde está el uno están todas tres, que no se pueden dividir" (CC 60)9.

Las casi ininterrumpidas referencias de Teresa a Dios y al Señor están dirigidas a la persona del Padre. Cuando ese nombre está ordenado a otra Divina Persona lo hace notar Teresa por el contexto.

Además de esa atribución paternal genérica, en la mística doctora hay abundantes expresiones en las que le designa expresamente como Padre. Es muy significativo que sea un comentario al Padrenuestro el libro clásico de su magisterio espiritual.

Dentro de esta denominación específica lo normal en Teresa de Jesús es que se refiera a Dios Padre en alguna concomitancia con Dios Hijo. Son inseparables entre sí en la mente de Teresa. Se da una consonancia de Padre-Hijo e Hijo-Padre de íntima, profunda, gozosa y gloriosa unión entre ambas Divinas Personas. Teresa contempla a Dios Padre presa de asombro y de ternura sobre todo por sus condiciones de grandeza, hermosura, poder, bondad, misericordia y amar. Lo siente por fe, lo sabe por estudio y lo gusta por las experiencias místicas acerca de Dios Padre. Llega a percibir su predilección, su intimidad y su unión:

"El Señor me había llevado en espíritu junto a su Padre y díjole: "Esta que me diste te doy", y parecía me llegaba a Sí" (CC 13).

"Paréceme que la Persona del Padre me llegaba a Sí y decía palabras muy agradables" (CC 22).

"Me dijo el Señor... "Mi Padre se deleita contigo"" (CC 10).

"¡Oh Señor mío, cómo parecéis Padre de tal Hijo y cómo parece vuestro Hijo hijo de tal Padre!" (CV 27, 1).

Es ardiente la oración de Teresa de Jesús a Dios Padre por la Iglesia:

"
Padre Santo que estás en los cielos... ¡Qué es esto, mi Señor y mi Dios: u dad fin al mundo u poned remedio en tan grandísimos males, que no hay corazón que lo sufra, aún de los que somos ruines. Suplícoos, Padre Eterno, que no lo sufráis ya Vos! Atajad este fuego, Señor, que si queréis podéis. Ya, Señor, ya haced que se sosiegue este mar; no ande siempre en tanta tempestad esta nave de la Iglesia y ¡sálvanos, Señor mío, que perecemos!" (CV 35, 3-6)10.

fuente:mercaba.org

viernes, 4 de marzo de 2011

Las devociones siendo niña...


"Hacía limosna como podía, y podía poco. Procuraba soledad para rezar mis devociones, que eran hartas, en especial el rosario, de que mi madre era muy devota, y así nos hacía serlo. Gustaba mucho, cuando jugaba con otras niñas, hacer monasterios, como que éramos monjas, y yo me parece deseaba serlo, aunque no tanto como las cosas que he dicho"

miércoles, 23 de febrero de 2011


"Decíame poco ha un gran letrado que las almas que no tienen oración son como un cuerpo con perlesía o tullido, que aunque tiene pies y manos no los puede mandar, que así son: que hay almas tan enfermas y mostradas a estarse en cosas exteriores, que no hay remedio, ni parece que puedan entrar dentro de sí; porque la ya costumbre la tiene tal, de haber siempre estado con las sabandijas y bestias que están en el cerco del castillo, que ya casi está hecha como ellas; y con ser de natural tan rica, y poder tener su conversación no menos que con Dios, no hay remedio. Y si estas almas no procuran enteder y remediar su miseria, quedarse han hechas estatuas de sal, por no volver la cabeza hacia sí, como lo que quedó la mujer de Lot por volverla."

sábado, 5 de febrero de 2011

El Castillo de Santa Teresa


Hace casi diez años me leí integramente el libro del "Castillo interior" o "Las Moradas", de Santa Teresa de Jesús. Antes me había parecido denso y poco motivador, pero en ese momento, animado por el estudio que hacía de las obras de mi santa fundadora, me entusiasmé y adentré en las páginas de esta obra. Me pareció genial. Llena de intuiciones, espirituales y al mismo tiempo muy humanas. Aunque para el novato su lenguaje pueda parecer enrevesado por arcaico, quien se acostumbra a su lectura acaba inevitablemente disfrutando de sus giros, de su coloquialidad, de su humor y frescura. Teresa suena más moderna que muchos escritores más recientes.

Cuento esto motivado por la compra hoy de un excelente comentario al libro de "Las Moradas" realizado por Tomas Álvarez, gran conocedor de la obra de Teresa, y quien fuera profesor mío en aquel entonces del que les contaba en el párrafo anterior, en la ciudad de Avila, inspiradora obviamente de Teresa para utilizar el símbolo del castillo al hablar de lo interior. Este libro, publicado por la editorial MONTE CARMELO, es un auxilio excelente para quien decida leer un libro que forma parte de la herencia espiritual del occidente cristiano.


Y yo, personalmente, aconsejo aquí y ahora, la lectura de los libros de TERESA DE JESÚS. Es una mujer extraordinaria, que en su tiempo defendió a capa y espada su vocación de orante, de renovadora y de escritora además.

Teresa en este libro del que les hablo nos muestra al ser humano en toda su grandeza, habla de su vocación eterna, de la llamada interior, y utiliza el símbolo del castillo para describirnos un itinerario, el suyo propio, puesto a disposición de sus lectores, para animarles a recorrer el propio camino hacia Dios y la verdad propia. Cuando ella habla de alma y de castillo, está hablando del hombre en cuanto ser humano (hombre y mujer); su libro comienza hablando acerca de nuestra dignidad humana. Nada más parecido a Dios que el hombre; no está hecho sólo a su imagen y semejanza, sino que es capáz de contener a Dios. Y lo dice así:el alma del hombre es como un castillo "todo de diamante y muy claro cristal".

fuente: amigos de Thomás Merton

sábado, 29 de enero de 2011

El arca de las tres llaves - La reforma de Santa Teresa


Escrito por Belén Yuste y Sonnia L. Rivas-Caballero

Este libro, editado por Homo legens, fruto de diez años de estudio e ilusión, narra las muchas vicisitudes que jalonaron la vida de Teresa de Ahumada hasta convertirse en Teresa de Jesús y dar vida a un movimiento acuñado con su propio nombre: Reforma Teresiana.Su titulo alude al arca de tres llaves que Santa Teresa llevaba a sus fundaciones, donde dejaba los documentos más importantes y que sólo se abría con el concurso de las tres monjas poseedoras de cada llave. El arca que ilustra la portada pertenece al Carmelo de San José de Ávila donde cobró vida el sueño teresiano y cuya historia detalla el libro. Los capítulos se estructuran siguiendo el esquema de las tres llaves y cada uno se inicia con la foto de una llave emblemática en la vida de Santa Teresa. Cierra el libro un cuadernillo de ilustraciones a color de objetos muy queridos por la Santa y muy vinculados a su primera fundación. Al estilo de las autoras, es un libro rigurosamente histórico, pero muy ameno, que enfoca un periodo crucial en la vida de nuestra santa más universal que abarca desde que tiene la idea fundacional hasta que, después de vivir cinco años consecutivos en la clausura de su primera fundación, comienza la expansión de su obra. Este periplo como monja andariega, el legado de sus escritos, las vicisitudes que en el ocaso de su vida casi extinguen su obra, su muerte y los honores que el mundo le ha tributado a lo largo de los siglos, se publicarán en una segunda parte titulada Y el arca se abrió.

viernes, 21 de enero de 2011


7.- Un día, después de comulgar, Su Majestad me mandó con mucha insistencia que lo intentara con todas mis fuerzas, y me hizo grandes promesas de que se haría el monasterio, y que Dios se glorificaría mucho en él, y que su título fuese de san José, que él nos ampararía en una puerta y nuestra Señora en la otra (V 32, 11).

lunes, 3 de enero de 2011


“.., poseía hermosura, encanto, genio literario.., una sin par habilidad administrativa, humor, ternura, y sentido común ..;la intrepidez de un gran soldado, con la obediencia y humildad de un santo.., sabía de neurastenia, por ejemplo, más que llegó a saber Charcot.., tres siglos después ( **).., claridad como pensadora que incluso Leibnitz hubo de reconocer..,los católicos la veneran casi como una doctora (***) juntamente con Santo Tomás, San Agustín y otros cerebros poderosos de la humanidad.