miércoles, 26 de octubre de 2011

“Santa Teresa fue siempre un faro en la vida de mi madre”

Roma-España (08-04-2011).- El Embajador de España ante la Santa Sede, D. Francisco Vázquez y Vázquez pondrá, el próximo 15 de abril, punto final a 5 años al frente de la legación diplomática en el Palazzo di Spagna. Político socialista y católico practicante comparte esta semana en la web de preparación para la celebración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa (www.paravosnaci.com) una reflexión titulada “Las lecturas de mi madre”.

“Mi madre admiraba a Teresa de Ávila como mujer por razón de sus escritos y de su actitud ante la vida. No sólo consideraba que sus poesías y sus oraciones reflejaban las más brillantes páginas de nuestra literatura, sino que, sobre todo, entendía que Teresa de Ávila era modelo y ejemplo de mujer libre y de carácter digno de imitar por todas las mujeres”, confiesa D. Francisco al comienzo de su carta semanal.


 
Se trata de una carta entrañable en la que recuerda el amor y la cercanía que su madre, también de nombre Teresa, tenía por la Santa abulense, de la que guardaba celosamente un ejemplar subrayado y anotado de sus obras completas. “Con aquel libro en mis manos –afirma D. Francisco- comprendí perfectamente que Santa Teresa fue siempre un faro en la vida de mi madre, no solo en el amor y en la búsqueda de Dios, sino también como pauta de vida.”

Por su parte, el diplomático español afirma haber encontrado gracias a las vivencia íntimas de su madre la verdadera dimensión orante de la obra teresiana “Camino de perfección”, como un perfecto manual de oración pero, escrito no solo para las monjas del Carmelo coetáneas de la Santa, sino dirigido posiblemente de manera providencial a los hombres y mujeres de hoy.”

“Se trata no solo de saber rezar, sino de acostumbrarnos a orar con frecuencia”, afirma D. Francisco lamentándose del desuso por parte de los católicos de los pequeños gestos como la “señal de la cruz al pasar delante de una iglesia, una pequeñita visita al Santísimo, unas jaculatorias mientras trabajamos… y ya no digo un rosario rezado en familia o en comunidad”.

“Y termino agradeciéndole una vez más a mi madre su testimonio teresiano de que la fe es, además de otras muchas consideraciones, el fundamento de la alegría de vivir”, concluye D. Francisco su carta.



lunes, 24 de octubre de 2011

sábado, 15 de octubre de 2011

15 de octubre« Fiesta de Santa Teresa de Jesús

«Teresa de Jesús ilustró con las virtudes de su vida angelical... a toda la Iglesia católica» (San Pío V).

«Esta mujer singular ha sido siempre considerada como el modelo de la contemplación» (Hno. Roger Schutz, Taizé).

«...como brilla el sol en su cenit, así resplandece Teresa en el Templo de Dios» (Lit. Ambrosiana).

«Madre de los espirituales» (Lápida al pie de su estatua en San Pedro del Vaticano).


«Nos basamos en la doctrina espiritual y en la vida preclara de Santa Teresa» (Dr. Ramsey, anglicano).
«Teresa de Jesús es el espíritu más grande, el alma más sublime, que después de la venida de Cristo se haya revestido de carne humana» (Leibnitz).
«Cuanto el tiempo más nos aleja de Santa Teresa, tanto más se agiganta su figura» (Pascal).

martes, 11 de octubre de 2011


«En todas las páginas (del libro de su vida) se ven las huellas de una pasión viva, de una franqueza conmovedora, y de un iluminismo consagrado por la fe de fieles. Todas sus revelaciones atestiguan que creía firmemente en una unión espiritual entre ella y Jesucristo; veía a Dios, la Virgen, los santos y los ángeles en todo su esplendor, y de lo alto recibía inspiraciones que aprovechaba para la disciplina de su vida interior. En su juventud las aspiraciones que tuvo fueron raras y parecen confusas; sólo en plena edad madura se hicieron más distintas, más numerosas y también más extraordinarias. Pasaba de los cuarenta y tres años cuando por vez primera vivió un éxtasis. Sus visiones intelectuales se sucedieron sin interrupción durante dos años y medio (1559-1561). Sea por desconfianza, sea para probarla, sus superiores le prohibieron que se abandonase a estos fervores de devoción mística, que eran para ella una segunda vida, y la ordenaron que resistiera a estos arrobamientos, en que su salud se consumía. Obedeció ella, mas a pesar de sus esfuerzos, su oración era tan continua que ni aun el sueño podía interrumpir su curso. Al mismo tiempo, abrasada de un violento deseo de ver a Dios, se sentía morir. En este estado singular tuvo en varias ocasiones la visión que dio origen al establecimiento de una fiesta particular en la Orden del Carmelo.»

(Pierre Boudot biógrafo francés)