Estaba un día con Isabel de Santo Domingo. En un momento de la conversación le dijo Santa Teresa:
… Sepa que la quiero tanto porque se me parece mucho…
(y sor Isabel comenzó a alborozarse)
… en lo malo, en lo malo…, concluyó la santa.
… Sepa que la quiero tanto porque se me parece mucho…
(y sor Isabel comenzó a alborozarse)
… en lo malo, en lo malo…, concluyó la santa.
Tras recibir permiso para fundar conventos de frailes, Santa Teresa persuadió a fray Antonio de Jesús y a fray Juan de la Cruz para que hicieran carmelitas descalzos. Y como fray Juan de la Cruz era pequeño de cuerpo, solía decir con mucha gracia:
… Bendito sea Dios, que tengo para la fundación de mis descalzos fraile y medio.
Hablando en el locutorio de la Encarnación con fray Juan de la Cruz, muchas veces se arribaron (levitaron) los dos. En cierta ocasión se levantó fray Juan para resistir el ímpetu del Espíritu. Dijo la Santa:
… No se puede hablar de Dios con mi padre fray Juan porque luego se traspone o hace trasponer.
Supo la Santa que el padre Gracián andaba en Ávila indagando la nobleza de sangre de sus padres y, enojada, dijo:
… Padre, a mí me basta ser hija de la Iglesia y me pena más haber hecho un pecado venial que descender de los más viles hombres del mundo.
En la fundación de Burgos hubo recias contradicciones. El arzobispo se oponía admitir fundación tan pobre. La Santa replicó:
… No temo qué les ha de faltar a mis hijas, sino lo que les ha de sobrar.
Se acongojaba si la tenían por santa:
… Después de muerta me han de dejar en el purgatorio hasta el juicio, porque, creyendo que soy santa, no me han de encomendar a Dios.
Fray Juan de la Miseria le hizo un retrato. Cuando vio la pintura dijo la Santa:
… Dios te lo perdone, fray Juan, que ya que me pintaste, me has pintado fea y legañosa.
El abad de la Colegiata de Medina les había hecho unos favores a las descalzas. Y para agradecerle los servicios prestados, la Santa le regaló un cilicio al tiempo que le decía:
… Tome, hijo, que las carmelitas descalzas no tenemos otras dávidas que dar.
En Sevilla levantaron contra la Santa muchos falsos testimonios. Y con humildad serena dijo cuando lo supo:
… Bendito sea Dios, que en esta tierra conocen quien soy, que en otras están engañados y me tratan como ellos piensan que soy, y aquí como merezco.
2 comentarios:
Buenas tardes hermanita Pasionaria, quiero felicitarla por su blog. Está muy hermoso. Me encanta el título, los santos son nuuestros bastones y ejemplos a seguir. La sigo y me inspiro en sus bellas imágenes. Que Dios y la Virgen le bendigan.
Que Dios te bendiga Carmen!
Que la fortaleza y espiritualidad te acompañen siempre.
Esta es tu casa tambièn, tu pequeña morada!
Bendiciòn hermana!
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