La soledad de estar ausente de Dios
Teresa reproduce, con expresiones casi calcadas de Juan de la Cruz, el estado anímico y espiritual de quien siente la soledad de no poseer plenamente a Dios. En un primer nivel le basta considerar que él se encuentra en todas las cosas. Pero cuando el amor aumenta o se acrecienta la sensación de soledad, de nada le sirve esa consideración porque el entendimiento y la razón pierden claridad y sensatez. Tan sólo sabe que está ausente de Dios y que no existe ninguna otra salida sino de quien le hace experimentar esas ansias de amor. En una bella expresión nos dice Teresa que no se admite consejo ni consuelo sino de quien la llagó. Tiene la certeza que únicamente él puede sanar la herida que abrió. Mientras tanto, el mayor bien y el mejor gozo para el alma consiste en sobrellevar por amor esa ausencia.
2 comentarios:
Gracias es tan asi, tan asi...
un abrazo
Adri
Dios te bendiga Adriana
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