Los historiadores se han hecho esta misma pregunta, aunque no coinciden en la respuesta, porque a nadie le ha sido permitido entrar en la decisión tomada por Santa Teresa a los veinte años. Presentamos la respuesta que da el P. Tomás Álvarez, especialista número uno en Santa Teresa. Dice este autor que Teresa, fundamentalmente, se decide a ser carmelita porque tiene una amiga en el Monasterio de la Encarnación: Es el que yo tenía mucha afición, si bien, una vez decidida por el estado religioso, a cualquier monasterio en que pensara servir más a Dios, o mi padre quisiera, fuera. En Ávila tenía varios monasterios para escoger: La Concepción. Santa Ana, Santa María de Gracia, Santa Catalina de Sena, Santa María de Jesús o Las Gordillas. En el ánimo de Teresa aleteaban otros motivos, incluso el miedo al infierno, el amor a Cristo, la previsión realista de los trabajos de la religión, por ser yo tan regalada. En el fondo ella ha optado por la “vida religiosa”. Su vocación específicamente carmelitana tenía precarias motivaciones psicológicas. Pero estaba bien respaldada por una motivación netamente teológica. La vocación le vino de la llamada de Dios: Oh válgame Dios, por qué términos me andaba Su Majestad disponiendo para el estado en que quiso servir de mí, que sin quererlo yo, me forzó a que hiciera fuerza. La decisión la tomó en 1535. Lo relata al escribir el Libro de la Vida en 1565. Lo recuerda con realismo pero sin titubeos-. Está convencida de que acertó. Segura de que su lucha terminó en victoria. Y que ésta ha sido definitiva. Son afirmaciones suyas: En tomando el hábito...,a la hora me dio un gran contento de tener aquel estado, que nunca más me faltó hasta hoy. Y lo repetirá confidencialmente a las monjas de San José: Bendito seáis Vos, mi Dios…, que darme estado de monja fue grandísima. Sí, Teresa había acertado en el camino de su vida. Jamás se retractará.
blog Padre Nicolás González
No hay comentarios:
Publicar un comentario