«Doctora de la Iglesia» y «grande santa»: así describió el Papa –en sus saludos al término de la audiencia- a la carmelita española, proponiendo a los jóvenes su testimonio de que «el amor auténtico no puede escindirse de la verdad».
Que santa Teresa de Jesús «os ayude a vosotros, queridos enfermos -prosiguió-, a comprender que la Cruz de Cristo es misterio de amor que redime el sufrimiento humano. Para vosotros, queridos nuevos esposos, que sea modelo de fidelidad a Dios, que confía a cada uno una misión especial».
Que santa Teresa de Jesús «os ayude a vosotros, queridos enfermos -prosiguió-, a comprender que la Cruz de Cristo es misterio de amor que redime el sufrimiento humano. Para vosotros, queridos nuevos esposos, que sea modelo de fidelidad a Dios, que confía a cada uno una misión especial».
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